Navia (Madrid, 1957)
Licenciado en Filosofía (1980). Fotógrafo que evoluciona desde su trabajo como reportero hacia una fotografía más personal y demorada. Le obsesiona el poder evocador de la fotografía y su relación con la literatura. Colabora con los más destacados medios de prensa y es miembro de la agencia Vu desde 1992. Tiene obra en distintas colecciones, y algunos libros y exposiciones dan cuenta de sus imágenes.
Entre otros: la monografía “Navia” (PhotoBolsillo), “Pisadas sonámbulas: lusofonías”, “Marruecos, fragmentos de lo cotidiano”, “Desde la catedral”, “Territorios del Quijote”, “Viaje a la Historia”, “Antonio Machado, miradas”, “Ciudades Patrimonio de la Humanidad” o “Un Madrid literario”. Y las exposiciones y libros colectivos “Vu’15 ans”, “Viaje a Madrid”, “Diez Miradas”, “100 fotógrafos españoles”, “Visiones de Marruecos” o “Agence VU’galerie”.
Publio López Mondejar, en “España, diez miradas” (SEEI/Lunwerg, 2005):
“José Manuel Navia (Madrid, 1957) es uno de los más brillantes representantes del nuevo reporterismo español, de los que con mayor empeño y dedicación ha ido puliendo la herramienta de su propio lenguaje, en una búsqueda tenaz de la mayor eficacia y precisión expresiva. A su profundo conocimiento de la técnica, que le ha convertido en un verdadero maestro del color, suma Navia una vasta cultura y un contundente sentido común. Si bien se mira, sus reportajes se adentran cada día más en los meandros de la literatura, uno de los lenguajes más sólidamente anclados en la vocación narrativa de su trabajo. Algo que cada día se hace más presente en sus imágenes, cuya sobriedad y aparente sencillez no son sino la expresión de su sosegada perfección.”
Julio Llamazares, del prólogo al libro «Navia», PhotoBolsillo, 2001:
«En la memoria de Navia, hay una lata de carne de membrillo que marcaría su vida. Aquella lata, que todavía conserva, tiene pintada una góndola veneciana y las letras en molde del nombre del fabricante «Francisco Aguilar Berral, de Puente Genil», y en ella guardaba su abuela Ana las fotografías de la familia. En las tardes de invierno, el niño Navia miraba los retratos de sus antepasados y los suyos propios con esa fascinación con que los niños de aquella época mirábamos las fotografías. […]
Sin hacer ruido, como camina, con su pequeña cámara Leica y sus cuadernos de viaje (al contrario también que otros fotógrafos, a Navia le apasiona la literatura), él ha ido construyendo de ese modo su personal hacer fotográfico, huyendo de las modas y de las localizaciones fáciles, como el lector podrá ver en este libro. Una frase de José Hierro le guía; «A mi lo exótico no me interesa, pero decidme dónde han ido los romanos, que voy contento». Frase que Navia trasmuta por otra más personal: «A mi me apetece ir donde han ido mis antepasados», y que le ha llevado ya por todo España y Portugal y por todos los países de cultura ibérica o latina.
Al final, después de tantas imágenes, después de tantos viajes por todo el mundo, Navia puede mirar hacia atrás y contemplar el trabajo hecho y pensar que ha merecido la pena. Porque aquel niño de La Prosperidad es hoy ya un fotógrafo de referencia y, lo que es más importante para él, un fotógrafo distinto a todos. Por eso, puede mostrar ahora, como hacía su abuela Ana con las de su familia, las fotos ya realizadas mientras continúa llenando con otras la lata de su vida. Esa lata de carne de membrillo que es la vida del fotógrafo y, al fin, la de todos los hombres.»
enlaces: http://www.agencevu.com/photographers/photographer.php?id=63
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Me hizo amar la luz y la soledad…