JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS. EL PAÍS. 5 DE FEBRERO DE 2013
“No me gusta fotografiarme, me da pudor”. Pese a eso, son pocas las imágenes realizadas por el fotógrafo Alberto García-Alix (León, 1956) en las que él no sea el protagonista. Él o su mundo. Su cuerpo, su rostro, su sombra, su habitación, sus amantes, sus animales, como la gata Nicotina, o los lugares en los que ha estado, se convierten en objetivo de la nada inocente cámara de este autor autodidacta. “Hay algo masoquista y cruel en mi insistencia en verme, pues me ha convertido en un rabioso exhibicionista de mi tiempo y mi angustia”, reconoce el propio fotógrafo. Se podría decir que toda su obra, en conjunto, es un gran autorretrato. Autorretrato Alberto García-Alix es el nombre de la exposición que inaugura este miércoles La Virreina Centre de la Imagen de Barcelona con 76 imágenes, algunas de ellas inéditas, en las que García-Alix aparece a lo largo de tres décadas en cuerpo y en alma, en persona o representado por sus objetos.
Sin ser un recorrido cronológico vemos a García-Alix desde su juventud hasta la madurez, comprobando su evolución física y la de su mirada como fotógrafo. Desde los primeros autorretratos de los años 70, más ingenuos, sus amigos y sus aficiones. “No hay una mirada inocente y espontánea, siempre hay malicia e intencionalidad en la mirada”, explicó el fotógrafo que se niega a comentar las imágenes por pudor, y no porque muestren su cuerpo desnudo, entero o por fragmentos, de forma desinhibida, en muchas de ellas. “No es lo mismo hacerlas que explicarlas”, se justifica. “Retraté mis posesiones y mis vicios y las esquinas de las calles por las que me moví porque quería elevarlas a la altura de una épica”, asegura el autor que reconoce que no hay nostalgia del pasado.
Comisariada por Nicolás Combarro, la exposición no es una antológica, pero si la muestra más completa sobre el autor que se ha podido ver Barcelona en los últimos años. “Todo lo que dice de mi Wikipedia es mentira, yo no fui el fotógrafo de la movida, yo estaba allí y fotografié mi entorno y a mis amigos”. La idea de la exposición empezó a fraguarse hace un año, durante la celebración de Arco. “Hubo la posibilidad de hacer algo conjunto con el pintor Miquel Barceló sobre retratos, pero eso está parado”, explica García-Alix que asegura que el proyecto no ha quedado descartado del todo.
La exposición coincide con la edición de un libro que ha editado La Fábrica con 150 imágenes (entre ellas las de la exposición) y que incluye un texto del fotógrafo sobre el miedo. “Nacemos con miedo, vivimos y morimos con miedo. Yo me tengo miedo”, dice.
Para el fotógrafo el título de sus fotografías es importante. Por eso le cuestan tanto, pero acaban convirtiendo a las imágenes en pequeños microrrelatos. Es el caso de Última noche en Madrid, Cartas de Montseo Mi tálamo nupcial. La exposición, abierta hasta el 5 de mayo, también incluye la proyección de dos vídeos del artista Tres vídeos tristes y De donde no se vuelve, donde construye a partir de imágenes y su propia voz una serie de relatos en primera persona. Son otra clase de autorretratos en movimiento.
Se pueden ver algunas de las obras de la exposición en el siguiente enlace:
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/02/05/album/1360061228_454010.html#1360061228_454010_1360061345